1. La comida sana te ayuda a ser una persona más saludable. Una alimentación saludable, a base de comida sana, te ayuda a mantener tu sistema inmune, por lo que estarás evitando gripes, resfriados o cualquier otra enfermedad viral que pueda afectar tu cuerpo. Cuando tu sistema inmune actúa de una manera correcta, es capaz de luchar con todo tipo de virus que pueda enfermarte, por lo que, al consumir comida sana, te mantienes saludable.
2. La comida sana te brinda una mejor calidad de vida. Es común que la comida rápida te genere malestares estomacales, y en ocasiones es posible que te de alguna infección, ya que las condiciones en las que se prepara esta comida suelen ser insalubres. Al comer solo comida sana, puedes tener la seguridad de que lo que te estás comiendo es saludable y no pasarás la mayor parte de tu día sintiéndote mal.
3. La comida sana te da energía. Es común que las personas crean que el azúcar es la máxima fuente de energía que puede existir, esto no es del todo cierto, ya que la energía que el azúcar te brinda es de muy corta duración, además de que puede generarte problemas si se consume en exceso. Los alimentos ricos en proteína, tales como el huevo o la carne, pueden darte mucha energía.
4. La comida sana te ayuda a vivir más años. ¿A quién no le gustaría tener una vida larga y duradera? Todo el mundo quiere vivir por muchos años para poder disfrutar de lo mejor, sin tener que estar atado a una cama o a una silla de ruedas. Para poder obtener esta longevidad, es necesario mantenerse saludable, y para que esto pueda lograrse, es necesario tener una buena alimentación a base de comida sana bien balanceada.
5. La comida sana te ayuda a no subir de peso. Una de las mayores preocupaciones de la gente hoy en día, es mantener un cuerpo delgado y saludable, al llevar una dieta balanceada con comida sana garantizas que tu cuerpo tiene todo lo que necesita para mantener un peso ideal.
Si tomas en cuenta los beneficios que la comida sana tiene para ti, ten por seguro que el sabor y todos esos prejuicios los dejarás en segundo término, por lo que te será mucho más fácil cambiar tu régimen alimenticio.
"Comer seguro" es lema que la Organización Mundial de la Salud propone para concienciar sobre la seguridad alimentaria en el marco del Día Mundial de la Salud 2015.
Mantener la temperatura adecuada de los alimentos o lavarse las manos son algunos de los pequeños gestos que pueden evitar millones de enfermos y cientos de miles de muertes.
Estas son las consecuencias de hasta 200 tipos de enfermedades, entre la diarrea y el cáncer, que pueden provocar las bacterias, parásitos, virus o sustancias químicas nocivas.
Datos que incitan a mejorar la seguridad de alimentos como la carne de ave, que no suele cocinarse lo suficiente, o las salsas realizadas con huevo. Muchos son los riesgos pero también numerosas son las medidas que se pueden tomar para evitarlos.
La alerta sanitaria ante posibles riesgos alimenticios o la trazabilidad de los productos son dos de las desarrolladas por la OMS para reforzar la seguridad de cada alimento desde la granja hasta la mesa. Dos controles con un objetivo: hacer del producto un alimento inocuo. Ello quiere decir que cumpla su función sin suponer ningún riesgo para la salud.
Las probabilidades de que ese riesgo exista han disminuido gracias a la ciencia y la tecnología actuales, pero sin embargo Alex Pérez, nutricionista de GO fit, recuerda que "un alimento puede dejar de ser inocuo en cualquier punto de la cadena alimentaria".
Limpiar. La higiene debe ser el primer ingrediente de nuestra receta. Una característica que abarca la limpieza de nuestras manos, los utensilios, los alimentos y la superficie donde cocinamos.
Separar. No juntar alimentos crudos y cocinados e intentar utilizar diferentes utensilios para manipular unos y otros.
Cocinar. Cada alimento tiene su cocción adecuada y conseguirla supone reducir los riesgos de que la carne o el pescado puedan contaminarse. Por ejemplo, dos de las comidas más susceptibles de contaminarse son el pollo o los huevos, los cuales deben alcanzar al menos el 75 % en su cocción.
Enfriar. Lo ideal es cocinar y consumir el alimento justo después de su preparación. Si no es posible, hay que intentar que la comida cocinada este en la nevera antes de dos horas tras la cocción
Un vídeo motivador